Ufff el dolor del exilio, como marca la relación de la madre e hija.
Tengo sobre 50 y me gustó mucho, soy una niña "rota" y tal como ella dice en una parte en casa no se habla de dictadura. Quienes han pasado por esto no hablan, es silencio. La reparación no existe, nada está terminada, todo es incertidumbre. Por eso valido el tono de Clara. La incomprensión de una hija a si madre que no puede calmar su angustia y esa .R. Que lo dice todo.. un libro que me consoló ya que es así.
Siento que me quedé esperando más todo el tiempo, pues creo que la premisa tenía más potencial. Los temas tratados pueden ser muy profundos y en ese sentido mis partes favoritas fueron los recuentos de la madre sobre su pasado y las implicaciones en su presente, pero hasta ahí. Aunque entiendo la invitación a evaluar las relaciones madre-hija sin idealizarlas, me costó mucho entender a la protagonista. La verdad que acabo el relato con un sinsabor.