Me toca hablar de la poesía de Gabriel Zaid y lo celebro porque él es fundamentalmente un poeta; no quiero decir alguien que habla en verso, que hace versos, sino que concibe el lenguaje de un modo radicalmente creador.
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La verdad es que la consciencia existe como un fenómeno
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fenómeno del habla. No se trata de uno que suceda en la consciencia, sino el que ésta genera: pensar es escuchar voces
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la noción de Montaigne de consciencia, que es un diálogo de voces distintas que sucede dentro de mí
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Navegar,
navegar.
Ir es encontrar. Todo ha nacido a ver. Todo está por llegar. Todo está por romper a cantar
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el desafío. Gabriel Zaid, además, no puede sino presentarse al desafío; que no se pueda algo significa que Gabriel Zaid sí va a poder
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Acata la hermosura y ríndete, corazón duro.
Acata la verdad y endurécete contra la marea.
O suéltate, quizá, como el Espíritu fiel sobre las aguas
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la poesía de Zaid dista mucho de ser fácil, es muy difícil, es una poesía que requiere un lector inteligente
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un humor que puede ser increíblemente cáustico
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un humor que puede ser increíblemente cáustico.
Los poemas de Gabriel Zaid han sido también de las críticas más mordaces, más picantes que pueda recibir un régimen de oídos sordos