Mejor la ausencia

Nunca ejerció de padre con sus hijos adolescentes

Vas de bueno, Aitor, pero eres un cínico.

Claro que Amadeo es un «txakurra». Y un perro que está contaminando con su mierda a sus hijos

No le llamo, no le pido ayuda, no cuento con él para nada porque siempre, no importa el motivo, saldrá a relucir su superioridad moral.

Si me comparo con Aitor, siempre pierdo. Él se fue de casa pacíficamente, yo dejando cicatrices.

No tengo más remedio que pensar que igual necesitaba saber que vuelve, que es todavía un ser de carne y hueso, para que toda esa basura que dejó dentro de mí, esos fantasmas descompuestos, tomen forma y salgan de aquí dentro.

Nunca entenderé el pacto entre ellos, la necesidad de mi madre por mantener el vínculo, la presencia de mi padre en su vida a pesar del maltrato, el abandono, la ausencia

Pero estoy escribiendo. Ahora sí, estoy escribiendo de verdad.

Cuándo me vas a hacer caso? Déjate de novelitas y escribe esa crónica de una puta vez.
–No quiero escribir sobre el rollo vasco, ¿vale?

–Me he divorciado de Luis, me han echado del periódico, y he dejado Madrid.