Flamenca

la mujer lee y gracias a esa lectura, vive.

Amigo, con este beso os entrego mi corazón, y tomo el vuestro que me da vida

Querido amigo, acordaos de mí

cuando dos amantes leales y sinceros se miran a la vez directamente a los ojos, les desciende, por la naturaleza del amor, una alegría tan grande en su corazón que la dulzura que hace nacer les reanima todo el corazón y se lo nutre

¿Acaso no he comido y bebido bastante cuando mi amigo me ha tenido en sus brazos, querida Alicia? ¿Crees que en el paraíso tiene uno ganas de comer?

Querido dulce amigo, no os he dado nada de lo que poseo. ¿Sabéis por qué? Porque toda yo me entrego a vos, y a vos me abandono.

Ambos lloraban de todo corazón, y el agua que surgía de sus corazones, la mezclaban y se la bebían

Amor se había apoderado de ellos, y les inflamaba y les proporcionaba tanto placer que olvidaron todos los afanes que habían sufrido hasta entonces

Os veo tan apuesto y tan gentil, tan cortés y tan ingenioso que, por el Buen Amor y sus leyes, hace ya mucho tiempo que poseéis mi corazón

No posee un corazón propio de un leal enamorado aquel a quien la Vergüenza y el Temor le impiden llevar a cabo todo lo que le place