La película de la vida

No sé si le echo de menos, pero me resulta extraño que todos los niños tengan un padre y yo no. Y quizás las ganas de llorar sean porque no guardo recuerdos suyos, solo un vacío y un hueco incómodo que no soy capaz de llenar con imágenes ni con palabras

¿Cómo puede ser que los pies de un enano de siete años sean como dos camembert?

También hay movimientos sísmicos personales que afectan a muchas familias, pero de los que nadie se entera porque quedan silenciados de puertas adentro.

Ahora sabe que los recuerdos a menudo caben en un bolsillo, que los objetos, como las palabras, se los lleva el viento y que todo lo que las personas normales creen que es inmutable, tal vez no lo sea.

Y entiendo que los mayores se engañan y se mienten para que la vida no les duela tanto

El amor es como el aire, que no se acaba nunca. No podemos ser tan tacaños como para dejar de respirar por miedo a que se agote