Brillante en los negocios

«Si nunca escuchas un “No”, es que no lo estás intentando lo suficiente».

«La gente experimenta (el control) como algo antagónico frente a su autonomía», escribió Deci. «Así que estas situaciones agotan el sentido de entusiasmo de la gente y el interés en las actividades controladas».

que los donantes de sangre fueron retribuidos por donar sangre, eran bastante menos propensos a donarla otra vez gratis. Los niños recompensados con un diploma por colorear con fluorescentes perdían su interés por colorear. Los redactores voluntarios de un periódico universitario abandonaron el voluntariado después de haber sido pagados por escribir durante una semana.

Los psicólogos del campo de la SDT han catalogado más de cien experimentos que demuestran cómo las recompensas inmediatas para el comportamiento generan una pérdida a largo plazo del interés y el entusiasmo.

Controlar el abastecimiento y suprimir intermediarios inútiles son prácticas fundamentales en los negocios desde hace literalmente siglos.

Entre la clase media, solo uno de cada diez tiene una copropiedad de su trabajo, y solo dos de cada diez dicen que la buscan. Pero aquí hay un resultado de la encuesta que encuentro mucho más interesante. Más de seis de cada diez coinciden en que ser copropietarios de su trabajo es importante. Así que, en términos sencillos, casi dos tercios de la clase media comprende el valor de tener copropiedad en el trabajo propio, ¡pero menos de un tercio está haciendo algo al respecto!

¿Por qué no hay más personas de clase media que hacen lo que les apasiona y siguen el dinero?

a encuesta de Brillantez para los Negocios notó que ocho de cada diez millonarios hechos a sí mismos tienen una sustancial participación personal en su trabajo, mientras que uno de cada diez dice que aunque aún no la tienen de momento, están buscándola.

si quieres tener éxito deberías conseguir una participación en la propiedad de tu trabajo, persuadir a otros para invertir en ti, conocer a mucha gente y aprender de tus malas decisiones en los negocios. Y aun así, ¡la importancia de cada una de estas ideas fue rechazada por la considerable mayoría de la clase media!

De igual modo, la importancia de «recortar gastos en los pequeños desembolsos» era común en la clase media, pero totalmente rechazada por los millonarios. La gran mayoría de la clase media estaba de acuerdo en que «arriesgar tu propio capital», «diversificar los modos de hacer dinero», tener «una actitud exitosa» y «pensar como un millonario» eran todas fórmulas importantes para alcanzar el éxito financiero. Y en cada uno de estos supuestos, los millonarios de la clase media respondían: Mal, mal, mal, mal.

Imagina a una persona que tiene la desesperada necesidad de llegar a una ciudad lejana, pero se niega a conducir por la autopista. Esa sería nuestra imagen de la clase media.