Elogio de la lentitud

Slow Food busca alimentos artesanales que estén en vías de extinción y los ayuda a conseguir un asidero en el mercado global.

Kundera cree que la velocidad nos ayuda a bloquear el horror y la aridez del mundo moderno: «Nuestra época está obsesionada por el deseo de olvidar y, para realizar ese deseo, se entrega al demonio de la velocidad; acelera el ritmo para mostrarnos que ya no desea ser recordada, que está cansada de sí misma, que quiere apagar la minúscula y temblorosa llama de la memoria»

En 1748, en el alba de la era industrial, Benjamin Franklin bendijo el matrimonio entre el beneficio y la prisa con un aforismo que hoy sigue en plena vigencia: «el tiempo es oro»

Leon Battista Alberti, filósofo, arquitecto, músico, pintor y escultor, era un hombre muy atareado y, a fin de aprovechar su tiempo al máximo, empezaba la jornada estableciendo un horario: «Cuando me levanto por la mañana, antes que nada me pregunto qué debo hacer ese día. Hago una lista de las numerosas cosas, pienso en ellas y les asigno el momento apropiado: ésta la haré por la mañana, ésa por la tarde, aquélla por la noche». Te percatas de que a Alberti le habría encantado un «ayudante personal digital».

En el siglo IV d. C., san Agustín reflexionó: «¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta lo sé, pero si deseara explicárselo a alguien que me lo preguntara está claro que no lo sé»

Un mundo realmente lento requiere nada menos que una revolución del estilo de vida.

Ser lento significa que uno controla los ritmos de su vida y decide qué celeridad conviene en un determinado contexto. Si hoy quiero ir rápido, voy rápido; si mañana quiero ir lentamente, voy lentamente. Luchamos por el derecho a establecer nuestros propios tempos.

vivir en lo que los músicos llaman el tempo giusto, la velocidad apropiada.

filosofía de la lentitud podría resumirse en una sola palabra: equilibrio.

son cada vez más las personas que se niegan a aceptar el dictado de que lo rápido es siempre mejor.