Tras escuchar la historia del caso de boca de Lane, había pasado la noche buscando en internet y leyendo todo lo que pudo sobre los asesinatos del Instituto Westmont. Había sido una distracción de la angustia de prepararse para viajar en avión a la mañana siguiente.
Dos de las caras pertenecían a los alumnos que habían sido asesinados.