Mindfulness

Se conoce a la psicóloga Kristin Neff por acuñar el término «autocompasión». En particular, Neff ha afirmado que el primer elemento de la autocompasión es la amabilidad, la capacidad de no hacer caso a esas voces que surgen cuando nos fallamos a nosotros mismos, cuando no conseguimos marcar como completadas todas las tareas de nuestra lista. Las otras dos partes de la autocompasión son la conciencia y la presencia plena. El objetivo no es hacer más cosas, sino entender que tal y como somos ya somos suficiente (y que nuestro valor no depende de lo que logramos terminar). Aunque los estudios han mostrado que el autoperdón en realidad ayuda a procrastinar menos.

Prueba una técnica que yo llamo «micromeditaciones». Son meditaciones que se pueden practicar varias veces al día durante dos o tres minutos cada vez. Periódicamente, durante el día, presta atención a tu respiración. Puede ser en los momentos en que te sientas estresado o sobrepasado, con demasiado trabajo o poco tiempo, o quizás cuando notes que cada vez estás más distraído y agitado.

Primero, presta atención a la calidad de tu respiración. ¿Es superficial o profunda? ¿La estás aguantando y, al hacerlo, tal vez también tu estómago está encogido? ¿Están encorvados tus hombros?

Luego, empieza a respirar hasta hacer llegar la respiración a tu barriga. No te esfuerces. Si parece poco natural, trata de llevar la respiración al fondo del pecho. Si la mente divaga, regresa suavemente a la respiración, sin juzgarte por la momentánea pérdida de concentración.

Notarás que al efectuar regularmente estas micromeditaciones te vas volviendo más consciente y calmado. Progresivamente, te encontrarás más consciente, calmado y concentrado. Es útil crear recordatorios para practicar estas meditaciones a lo largo del día. Puedes ejercitarlas de dos a cuatro veces al día, cada hora, antes de entrar en una reunión, o cada vez que sientas que la multitarea está haciéndote perder la concentración; lo que sea factible y te haga sentir bien. Las micromeditaciones pueden ponerte de nuevo en marcha y ayudarte a desarrollar tu músculo del mindfulness.

También le digo a la gente que piensen en combinar la vida y el trabajo, no en equilibrarlos. El «equilibrio» supone que son dos cosas opuestas, que no tienen nada en común. Pero no es cierto. Las dos cosas giran en torno a la gente. Hay estrés en las dos. Hay plazos que cumplir. Si las llevas por separado, nunca aplicarás en un sitio lo que aprendas en el otro.

mindfulness ofrece múltiples ventajas: prestar atención te resulta más fácil; recuerdas un mayor número de las cosas que has hecho; te vuelves más creativo; puedes aprovechar las oportunidades cuando se presentan; eres capaz de anticipar el peligro; te gusta más la gente, y tú les gustas más a los demás, porque eres menos crítico con ellos… Te vuelves más carismático.

Desaparecen la procrastinación y el arrepentimiento porque, cuando eres consciente de por qué estás haciendo algo, no te pones a hacer una cosa para posponer la otra. Si estás plenamente presente cuando decides dar prioridad a una tarea, trabajar en una empresa o crear un producto, ¿por qué vas a arrepentirte?

puedes resolver los problemas de hoy con las soluciones de ayer.

. Encuestas realizadas a empleados de veintisiete países revelaron que las personas ricas son más proclives a afirmar que algunas conductas poco éticas son aceptables, como aceptar sobornos o dejar de pagar impuestos. Y estudios recientes realizados por Danny Miller en HEC Montréal demostraron que los presidentes ejecutivos con un Máster en Administración y Dirección de Empresas son más propensos que aquellos que no lo tienen a mostrar conductas interesadas, que aumentan sus ganancias personales pero hacen que el valor de sus compañías descienda.

las personas acceden al poder gracias a características como la empatía, la colaboración, la franqueza, la ecuanimidad y la disposición a compartir, pero cuando comienzan a sentirse poderosas o disfrutan de una posición de privilegio, estas cualidades comienzan a desvanecerse. Los poderosos, más que otras personas, son más proclives a mostrar conductas groseras, egoístas y poco éticas. El historiador del siglo xix y político Lord Acton lo entendió bien: el poder corrompe.

Autoridad Generosidad Perdón Simplicidad
Buena disposición Honestidad Poder Solidaridad
Comodidad Humildad Popularidad Tiempo libre
Compasión Humor Precisión Tolerancia
Conocimiento Inconformismo Racionalidad Tradición
Cooperación Justicia Realismo

Amabilidad Creatividad Logro Responsabilidad
Amistad Desafío Maestría Riesgo
Apertura Desarrollo Moderación Riqueza
Aportación Diversión Moderación Salud
Autenticidad Estabilidad Obligación Seguridad
Autoconocimiento Familia Orden Sentido
Autonomía Fiabilidad Pasión Servicio