El rey malvado

Si tú eres la enfermedad, supongo que no puedes ser la cura al mismo tiempo.

Te odio —susurro al contacto de sus labios—. Te odio tanto que a veces no puedo pensar en otra cosa.

—De momento, acepta este manjar, aunque no sea digno de una reina de Faerie en el exilio

«Es mucho más fácil conseguir poder que aferrarse a él».

«cuando el juego acaba, el rey y el peón vuelven a la misma caja».

Cardan se saca del dedo mi anillo de rubí.

—Yo, Cardan, hijo de Eldred, rey supremo de Elfhame, te tomo a ti, Jude Duarte, pupila mortal de Madoc, para que seas mi esposa y mi reina. Que nuestro matrimonio se prolongue hasta que decidamos lo contrario y hayamos transferido la corona.

Yo servía al príncipe Dain —dice Fantasma—. No a ti.

una cosa: alguien de tu confianza te ha traicionado.

Bésame otra vez —dice, ebrio y turbado—. Bésame hasta que me harte.

Bésame otra vez —dice, ebrio y turbado—. Bésame hasta que me harte.