soy la figura opaca que se interpone entre la fuente de la luz y el puente y provoca la sombra. La virtud del poema debe buscarse entonces no tanto en ese tramo corto que va del yo al yo, sino en el uso literal, en primera instancia, de la palabra sombra y en su uso figurado, inmediatamente después: de una objetiva sombra, a un joven que es “la sombra” de un joven. La sombra proyectada le recuerda o le revela al poeta la suya propia, ahora de modo figurado y subjetivo, como cuando decimos de alguien: es la sombra de lo que fue. Pero también: la sombra deja ver sólo los co