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Böcker
Charles Dickens

La Navidad cuando dejamos de ser niños

  • Javier Robleshar citeratför 3 år sedan
    Patrón –respondió su interlocutor, moviendo la cabeza–, he empezado a entender que la mayor parte de las calamidades son culpa nuestra, como la peste, y que ninguna se detendrá en nuestra humilde puerta hasta que no nos unamos con esa importante familia que anda siempre a la greña, a fin de hacer las cosas que son justas. No podemos vivir de una forma más decente y saludable si nuestros dirigentes no nos proporcionan los medios. No podemos aprender si no nos enseñan; no podemos divertirnos racionalmente si no nos entretienen; no podemos tener más que nuestros propios dioses falsos mientras ellos llenen con los suyos todos los lugares públicos. Las consecuencias funestas de una enseñanza deficiente, las consecuencias funestas de un abandono pernicioso, las consecuencias funestas de una restricción contra natura y de una negación de los placeres que humanizan a la gente serán culpa nuestra, y ninguna de ellas se contentará con nosotros. Se extenderán por todas partes. Siempre lo hacen; siempre lo han hecho, como la peste
  • Javier Robleshar citeratför 3 år sedan
    Pero una vez más, mientras se abría camino entre las ramas, el viajero perdió a su amigo. Lo llamó una y otra vez, pero no obtuvo respuesta y, cuando salió del bosque y contempló cómo un sol apacible descendía en la luz purpúrea del crepúsculo, encontró a un anciano sentado sobre un tronco caído. Y le preguntó:

    –¿Qué hace aquí?

    Y el anciano dijo, sonriendo plácidamente:

    –Siempre estoy sumido en mis recuerdos. ¡Ven y recuerda conmigo!

    Así que el viajero se sentó al lado del anciano, frente al sereno anochecer; y todos sus amigos regresaron en silencio y se acercaron a él. El hermoso niño, el hermoso muchacho, el joven enamorado, el padre, la madre y los hijos: todos estaban allí, y él no había perdido nada. Y los quería a todos, y se mostró amable y paciente con ellos, y disfrutó contemplándolos; y todos le respetaron y amaron. Y pienso que el viajero debes ser tú, querido abuelo, porque eso es lo que haces con nosotros y lo que nosotros hacemos contigo
  • Javier Robleshar citeratför 3 år sedan
    Y el joven dijo:

    –Yo siempre me enamoro. Ven y ama conmigo
  • Javier Robleshar citeratför 3 år sedan
    El cielo era tan azul, el sol tan dorado, el agua tan brillante, las hojas tan verdes, las flores tan bellas, y oían tales gorjeos y veían tantas mariposas que todo era hermoso. Eso cuando hacía buen tiempo. Cuando llovía, les gustaba contemplar las gotas que caían y oler los aromas nuevos. Cuando soplaba el viento, les encantaba escucharlo, e imaginar qué decía mientras corría lejos de su hogar (¿dónde se encontraría éste?, se preguntaban) silbando y ululando, empujando las nubes, inclinando los árboles
  • Javier Robleshar citeratför 3 år sedan
    »A veces, alguno de mis parientes o conocidos tiene el detalle de invitarme a comer. Para mí son días festivos, y normalmente doy un paseo por el parque. Soy un hombre solitario, y rara vez lo hago acompañado
  • Javier Robleshar citeratför 3 år sedan
    ¡Bienvenido todo! Bienvenido lo que ha sido, lo que jamás fue, y lo que esperamos que sea, a su refugio debajo del acebo, a su rincón al amor de la lumbre navideña, donde lo que es aguarda con los brazos abiertos.
  • Javier Robleshar citeratför 3 år sedan
    iluminan. Bienvenido cuanto llegó a ser auténtico para nuestros corazones; y, por la intensidad que os hizo reales
  • Javier Robleshar citeratför 3 år sedan
    Bienvenidos, viejos proyectos y viejos amores, por fugaces que fuerais, a vuestros rincones entre las luces menos trémulas que nos iluminan
  • Javier Robleshar citeratför 3 år sedan
    Bienvenidas antiguas aspiraciones, brillantes criaturas de una imaginación ardiente, a vuestro refugio debajo del acebo
  • Karlahar citeratför 6 år sedan
    Por ese motivo, a medida que envejecemos, ¡agradezcamos que el círculo de nuestros recuerdos navideños y las lecciones que éstos imparten se expanda! Demos la bienvenida a todos, e invitémoslos a sentarse junto al fuego navideño.
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