La última vez me pasó lo mismo: mi espíritu caballeresco me obligó a romper antes de que me dejaran. Quiero ser yo quien rompa. Normalmente, cuando una relación se acaba es porque ambos tienen ganas de romper. Así pues, aunque el que toma la iniciativa suele quedar como el «malo», en realidad es el «bueno». Al menos ésta es mi teoría. Yuki no está de acuerdo.