Al Oeste del Edén

Hay una famosa cita de Raymond Chandler que dice: «La ley vale lo que pagas por ella y está en el lugar donde la compras.»

Aunque ¿y si no le hubiera dado tanta pasta a la Iglesia católica? Les dio una cantidad de dinero exagerada, hasta el punto de decir: «¡Dios de mi vida!»

«Mi cliente ideal es un hombre rico y asustado»

Doheny en un juicio anterior, se subió al estrado y leyó las respuestas como si fuera Ned, igual que si el hijo del acusado, que había fallecido en circunstancias tan trágicas, hablara por boca de un vidente.

Me imagino que estarían todos tan enfadados que prefirieron guardarse la rabia y no volver a hablar del tema.

Por ejemplo, el hecho de que Hugh tuviera un cigarrillo en la mano demuestra que no estaba haciendo nada violento en aquel momento.

Y es obvio que Raymond Chandler, que había trabajado en la industria del petróleo y estaba fascinado con Doheny, opinaba lo mismo...

Tu familia es el único recurso con que puedes contar cuando, en el mejor de los casos, todo lo demás es incierto.

Doheny sacó entonces a colación la amenaza del drenaje, esa pesadilla que consiste en que, si tú no extraes el petróleo de tus tierras, te expones a que llegue algún individuo sin escrúpulos, compre los terrenos adyacentes y lo extraiga por ti –es evidente que a Paul Tomas Anderson le llamó la atención esta artimaña y la reflejó en Pozos de ambición–.

Nos gusta que las personas respondan a un arquetipo, que sean más grandes que la vida, que vivan de acuerdo con nuestras expectativas. De algunas personas esperamos que habiten cierto espacio en plenitud, por nosotros, aunque eso quizá no se corresponda con la verdad.