República luminosa

que los muertos nos traicionen al abandonarnos, pero nosotros también los traicionamos para vivir.

Puede que los muertos nos traicionen al abandonarnos, pero nosotros también los traicionamos para vivir.

No era solo un enterramiento infantil realizado por otros niños sino algo tan incomprensible y real como la prueba de otra civilización. Otro mundo.

Muchas veces obedecemos a la moralidad circundante solo porque la realidad es menos verosímil que las creencias adoptadas.

Nombrar es otorgar un destino, escuchar es obedecer.

mi ignorancia siempre había creído que la muerte por ahogamiento se producía en ese punto, no sabía que lo que en realidad la provoca es que, al mezclarse con la sangre, el agua la licúa y hace estallar las células.

Hay, sin embargo, algo que persiste, una especie de música.

El agua del Eré es como una movilidad de la tierra, y hay una hermosa fábula ñeê que asegura que un día –cansada de ver siempre el mismo paisaje– la tierra se puso a caminar y así nació el río

Y si había existido el amor (no importaba en qué forma), algo había quedado intacto

Pero si alguien había escrito la palabra «puta» es que había existido también el amor, la rotundidad de una cosa requería la brutalidad de la otra, pensé tratando de respirar