Para realizar un perfil, el criminólogo toma en consideración, además de toda la información que le proporcionan otros especialistas (forenses, policías), la escena del crimen, donde examina el modus operandi y la firma del delincuente, así como el contexto situacional o geográfico del crimen, pero también es muy importante la victimología. Al fin y al cabo las víctimas constituyen la razón última del asesino en serie. Éste anhela algo de ellas, ya que le permiten convertirse en alguien mucho más poderoso, al tiempo que le proporcionan placer sexual, desahogo de la ira o la ansiada venganza (o quizá también dinero).