Kim siempre lo tuvo claro.
Desde que un año atrás fue rescatada de un contenedor de trata por Asher, el peligroso y silencioso luperco de pelo rojo, supo que ya no habría nadie más para ella. Pero el rechazo abierto del luperco la obliga a tomar una decisión y a conseguir sus sueños fuera de Otsagabia y lejos de él.
Lo que no se imagina es que Asher tiene otros planes para Kim: su lobo siente la necesidad de cuidar de ella y de estar cerca, aunque no sabe cuál es el motivo, dado que él es incapaz de enamorarse o de reclamar a nadie. Ahora, cuando Kim descubra que Asher quiere protegerla, saltarán chispas, y piensa ponerlo a prueba más de una vez. Eso si sobreviven a la amenaza que se cierne sobre ellos.
Caperucita nunca podrá escuchar al lobo, hasta que él no le hable de verdad.