Raíces y tradiciones de la psicología social en México : un estudio historiográfico

La última etapa de desarrollo de la psicología social está marcada por las visitas de James Mark Baldwin a México

la época más fecunda para la psicología social mexicana de aquel momento: el catolicismo social, la parapsicología y la psicología institucional.

el capítulo determina tres momentos en que se desarrolla la psicología social.

cuál es el contexto en el que se arraigan las discusiones en México y cuáles serán los meandros que permitirán el surgimiento de la psicología social.

desde los esfuerzos filosóficos tempranos que se registran en la historia de México, hasta la inauguración de la psicología en tanto asignatura en el plan de estudios de la Escuela Nacional Preparatoria en 1897.

La psicología social fue en sus inicios una formulación que, en uno u otro sentido, se hizo a partir de lo que se entendía por el concepto de lo social y el sitio en el que los autores se colocan en torno a él, y tal es precisamente la diferencia fundamental entre la psicología social de antaño y la actual, pero también es lo que le distingue entre la historia de la filosofía, la jurisprudencia, la literatura y la sociología

la psicología social moderna suele entenderse y manifestarse como una utilización social que es posible derivar del desarrollo suficiente de la psicología como ciencia independiente, interesada en estudiar el desarrollo y naturaleza de la conciencia de los individuos y el desempeño pleno de sus capacidades en distintos escenarios.

En sus comienzos en México

Si esta psicología social no sirve para concursar con los demás proyectos científicos en lograr la meta del desarrollo del país, no sirve para rescatar al mundo de la crisis, y ni siquiera para mejorar las condiciones de vida de todos

los primeros psicólogos sociales tenían como medio el periódico y como árbitros a la opinión pública y a los periódicos de oposición, y pertenecían a la Academia Mexicana de la Lengua, al día de hoy el discurso se ha vuelto de tal modo críptico que el único auditorio —que también hace las veces de perito— es precisamente la comunidad contemporánea de psicólogos sociales.