De hecho, la Historia, a la que muchos, exageradamente, consideran como una diciplina es capaz de predecir los acontecimientos futuros basándose en la experiencia del pasado, juega también algún papel pensando en el mañana. No sólo nos posibilita conocer los porqués de nuestro presente, sino que nos permite disponer nuestras vidas en la mejor disposición, humanamente posible, para encarar el futuro.