es
Böcker
Raymond Carver

Quieres hacer el favor de callarte, por favor

  • Martha Alicia Bautista Garcíahar citeratförra månaden
    Este gordo es la persona más gorda que he visto en mi vida, aunque tiene aspecto pulcro y viste con elegancia. Todo en él es grande. Pero lo que mejor recuerdo son sus dedos. Cuando me paro en la mesa contigua a la suya para atender a la pareja de viejos, me fijo ante todo en sus dedos. Parecen tres veces más grandes que los de una persona corriente... dedos largos, gruesos, de aspecto cremoso.
  • Vilma Rodriguezhar citeratför 2 år sedan
    Ambos se consideraban una pareja feliz, y en el firmamento de su matrimonio no había habido sino un solo nubarrón, y lejano ya en el tiempo: el próximo invierno haría dos años. Era algo de lo que no habían vuelto a hablar desde entonces. Pero Ralph pensaba en ello a veces (estaba dispuesto a admitir, de hecho, que pensaba en ello cada día más y más). Cada vez con más frecuencia se presentaban ante sus ojos imágenes pavorosas, ciertos inconcebibles pormenores. Porque se le había metido en la cabeza la idea de que su mujer le había sido infiel una vez con un hombre llamado Mitchell Anderson.
  • Vilma Rodriguezhar citeratför 2 år sedan
    y dio en beber todas las noches. Bebía tanto que llegó a ser una celebridad, y recibió el sobrenombre de «Jackson», en honor del barman de The Keg.

    No entiendo por qué la spersonas que beben mucho se vuelven celebridades...

  • Vilma Rodriguezhar citeratför 2 år sedan
    la vida era un asunto serio de verdad, una empresa que exigía fuerza y determinación en los jóvenes que empezaban a levantar el vuelo, una tarea ardua –era de todos sabido–, pero también gratificante
  • cruz Amadorhar citeratför 3 år sedan
    ¿Había otros hombres –se preguntó entre los humores del alcohol– capaces de mirar a un suceso dado de sus vidas y percibir en él el infinitesimal embrión de la catástrofe que habría de cambiar su curso?
  • Luis Alberto Barquerahar citeratför 3 år sedan
    ¿Qué debía hacer? ¿Coger sus cosas e irse? ¿A un hotel? ¿Tomar ciertas medidas? ¿Cómo debía actuar un hombre, dadas las circunstancias? Comprendió que lo hecho hecho estaba. Pero no entendía qué es lo que debía hacer ahora. La casa estaba silenciosa, muy silenciosa. Se sentó a la mesa de la cocina y recostó la cabeza sobre los brazos. No sabía qué hacer. Y no sólo ahora, pensó, no sólo en esto, pensó, no sólo a este respecto, hoy y mañana, sino ningún día, en ningún momento, nunca. Oyó un bullicio infantil. Al ver que los niños entraban en la cocina se incorporó y trató de sonreír.

    –Papi, papi –dijeron a un tiempo, y Ralph vio sus menudos cuerpos viniendo hacia él a la carrera.
  • Luis Alberto Barquerahar citeratför 3 år sedan
    Estaba de costado, con su cuerpo íntimo doblado por las caderas. Se quedó mirándola. ¿Qué debía hacer?
  • R Güemeshar citeratför 4 år sedan
    Su vida se había convertido en un laberinto: una mentira encima de otra hasta el punto de que ya no estaba seguro de poder desenredar la maraña en caso necesario.
  • R Güemeshar citeratför 4 år sedan
    Uno no lo echa todo por la borda en medio de una tormenta. Al iba a la deriva, y sabía que iba a la deriva, y no podía siquiera adivinar adónde le llevaría finalmente todo aquello.
  • Iván Rodríguez Cruzhar citeratför 4 år sedan
    Se quedaron allí, quietos. Abrazados. Se apoyaron contra la puerta, como en contra de un viento, el uno en brazos del otro
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