“Un hombre estira el alambre, otro lo endereza, un tercero lo corta, un cuarto hace la punta, un quinto lima el extremo para colocar la cabeza; para hacer la cabeza hay que realizar dos o tres operaciones distintas; colocarla es una tarea especial, esmaltar las alfileres es otra; incluso colocarlos en el papel es en sí mismo un oficio; el importante trabajo que es hacer un alfiler está dividido de esta manera en unas 18 operaciones distintas que, en algunas fábricas, son realizadas todas ellas por distintas manos, aunque en otras un mismo hombre a veces realiza dos o tres.” De esta manera Smith estima que se pueden producir 5.000 alfileres por hombre al día, mientras que en el mejor de los casos un hombre extremadamente idóneo podría producir 20 alfileres.