El Vizconde Que Me Amó

Y luego estaba Kate Sheffield.
La pesadilla de su existencia.
Y el objeto de sus deseos.
Todo al mismo tiempo.

Benedict Bridgerton, quien llevaba un rato entregado a un vicio que su madre detestaba —oscilar tambaleante sobre las dos patas traseras de su silla— se cayó al suelo

Y luego estaba Kate Sheffield.

La pesadilla de su existencia.

Y el objeto de sus deseos.

«vivieron felices y comieron perdices»

Anthony sonrió y ambos supieron que él había ganado.

Cualquier cosa —contestó él con voz irregular y se dejó caer de rodillas ante ella

Lo único que sabía era que aquella tarde algo había cambiado entre ella y el vizconde.

Daba la impresión de que Kate Sheffield siempre le obligaba a sacarse las botas y adentrarse en alguna masa de agua

—¿Está segura de que no es una Bridgerton disfrazada?

Nuestros nombres siguen ordenadamente las letras del alfabeto, desde Anthony hasta Hyacinth.