cadenas de la opresión. Representada ésta por el dominio español, nuestro pueblo, gracias al ejército libertador, conquistó indudablemente la victoria […] Después, aparece desnudamente todo el drama de explotación, atraso, barbarie, despotismo y vasallaje que los lustros contemplan aterrados. Nuevos sacudimientos estremecerán nuestro suelo: el movimiento liberal de la federación, con su estupenda guerra de guerrillas abarcando el territorio nacional, y, en nuestros días, el movimiento anti-neocolonial, que armado con toda esa carga del pasado, y con los ideales más progresistas y universales de la humanidad, alienta el espíritu patriótico para hacer realidad el ideal bolivariano de la soberanía nacional y popular[461].»