La fantasía de toda chica

volvió a acercarse y, cuando ella echó el cuello hacia atrás, él inclinó aún más la cabeza hacia la suya. Phoebe sintió el calor de su cuerpo y sintió un estremecimiento en la piel que le pareció muy peligroso.
–¿Sabes qué es lo que me encanta de ti? –le dijo en un tono profundo que le aceleró el pulso y la respiración–. Tu capacidad para evitar lo inevitable.

Si has encontrado a esa mujer, busca la manera de solucionarlo. Admite que cometiste un error al dejarla marchar. Recupérala y, lo que es más importante, que no se te vuelva a escapar.

–¿Sabes qué es lo que me encanta de ti? –le dijo en un tono profundo que le aceleró el pulso y la respiración–. Tu capacidad para evitar lo inevitable.

–¿Sabes qué es lo que me encanta de ti? –le dijo en un tono profundo que le aceleró el pulso y la respiración–. Tu capacidad para evitar lo inevitable.

ni siquiera podía imaginar que pudiera dejar de sentir la angustia que ahora la comía por dentro ante la idea de no volver a estar con él. Que pudiera dejar de amarlo algún día. Desde luego no tenía la menor intención de ir tras él, por mucho que su parte más débil se lo suplicara a gritos

–Quería saber si ibas a necesitarme este fin de semana.

Tú mereces alguien que esté ahí siempre que lo necesites,

Lo amaba más que a su propia vida, pero también se respetaba a sí misma y eso era sagrado para ella.

Davis, sin embargo, no parecía tener

Con las rodillas temblorosas, Phoebe