una por una muchas de las horas de nuestra vida, y entre estas horas no hay una cuyo recuerdo haya podido despertar un remordimiento, ni hacer sonrojar nuestra serena frente. Sean las horas de tu vida que señale de aquí en adelante, como las anteriores, puras, honradas y felices; y cuando hagas la elección de la compañera de tu vida, deja a la aguja dar muchas vueltas antes de fijarla.