es que Combeferre no fuera capaz de combatir, ni se negase a luchar cuerpo a cuerpo con el obstáculo, atacándolo con fuerza y haciéndolo explotar, sino que prefería, poco a poco, por medio de la enseñanza de axiomas y de la promulgación de las leyes positivas, poner al género humano de acuerdo con sus destinos; entre dos claridades, se inclinaba más a la iluminación que al incendio