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Michael Ende

Jim Botón Y Lucas El Maquinista

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  • Diana BlackBerryhar citeratför 6 år sedan
    Y como estaba a su lado, por la alegría le dio un beso. A Jim le pareció como si le hubiera tocado un rayo.
  • Diana BlackBerryhar citeratför 6 år sedan
    Al poco rato encontraron el número 113. - ¿Tienes miedo, Jim? -preguntó Lucas sin levantar la voz.
    Jim recordó a los gigantes-aparentes y pensó que las cosas vistas de cerca no son a veces tan peligrosas como parecen. Decidido, dijo:
    - No, Lucas. -Y para no faltar a la verdad añadió-: No mucho.
  • Diana BlackBerryhar citeratför 6 år sedan
    Ustedes, amigos míos, son las primeras personas, después de mis padres, que no me han tenido miedo. Por encima de todo he estado deseando poder hablar con alguien antes de morir y gracias a ustedes he podido ver realizado este deseo. Desde ahora en adelante, cuando me sienta solo, pensaré en ustedes y será para mí un gran consuelo saber que en algún sitio del mundo tengo unos amigos.
  • Diana BlackBerryhar citeratför 7 år sedan
    los dos amigos -Ping Pong seguía durmiendo- les gustó tanto la comida que les pareció que no habían probado nunca nada tan bueno en su vida, exceptuando, quizás, el helado de fresa de la señora Quée.
  • Diana BlackBerryhar citeratför 7 år sedan
    Alabaron debidamente el arte culinario del señor Schu Fu Lu Pi Plu y el cocinero mayor se sonrojó de alegría y su cabeza redonda brillaba como un tomate.
  • Diana BlackBerryhar citeratför 7 år sedan
    Cuando la comida estuvo a punto, el señor Schu Fu Lu Pi Plu se puso la gorra de cocinero más grande que tenía y que era del tamaño de un almohadón y llevó personalmente la comida al comedor imperial.
  • Diana BlackBerryhar citeratför 7 år sedan
    El mismo emperador se inclinó hacia él, lo levantó y lo llevó con cuidado a sus propios aposentos. Allí lo colocó en su cama con dosel. Lucas y Jim miraban emocionados a su pequeño salvador cuyos débiles ronquidos parecían el canto de un grillo.
  • Diana BlackBerryhar citeratför 7 år sedan
    Los dos amigos se dirigieron hacia el emperador de China. Lucas se quitó la gorra de la cabeza y la pipa de la boca y dijo: - ¡Buenos días, Majestad! ¡Me alegro de poderle conocer, por fin!
    Y los tres se dieron la mano.
  • Diana BlackBerryhar citeratför 7 år sedan
    La agitación fue enorme. Todos corrieron hacia la puerta. Los músicos abandonaron sus instrumentos y corrieron también.
    Delante de todos iba el emperador a quien la esperanza de que alguien salvara a su hija, ponía alas en los pies. Detrás de él corrían los dignatarios en tropel y en el centro de éstos el pequeño Ping Pong. Nadie se preocupaba por él y en todo aquel jaleo tenía miedo de que lo atropellaran.
  • Diana BlackBerryhar citeratför 7 år sedan
    - Quizá sea una equivocación, pero puede no ser una equivocación. ¡Y si no es una equivocación entonces quiere decir que tengo otro súbdito! ¡Esto es muy, pero muy emocionante!
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