Julia Quinn

Julia Quinn – Rokesby 1 – Por culpa de Miss Bridgerton

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  • Ivanna Peñaloza Acevedohar citeratför 2 år sedan
    —¡Alabado sea Dios! —exclamó lady Manston.

    George y Billie se dieron la vuelta. George no sabía si a Billie le ocurría lo mismo, pero él había olvidado que tenían público.

    —¿Sabéis lo mucho que me he esforzado para lograr esto? Cielo santo, pensé que tendría que golpearos con un bastón para haceros entrar en razón.

    —¿Habías planeado esto, madre? —preguntó George, sin poder creerlo.

    Lady Manston se volvió hacia Billie.

    —¿Sybilla? ¿De verdad? ¿Alguna vez te he llamado Sybilla?

    George miró a Billie. Parecía que no podía dejar de pestañear.

    —He esperado tanto tiempo para llamarte «hija» —repuso lady Manston, acomodando un mechón de cabello detrás de la oreja de Billie.

    Billie frunció el ceño, moviendo la cabeza de un lado a otro para intentar entender la situación.

    —Pero siempre he creído… que el elegido sería Edward. O Andrew…

    Lady Manston sacudió la cabeza con una sonrisa.

    —Siempre ha sido George, querida. En mi cabeza, al menos. —Miró a su hijo con expresión mucho más intensa—. Supongo que le habrás propuesto matrimonio.

    —Creo que se lo he exigido —admitió él.

    —Mejor aún.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohar citeratför 2 år sedan
    —Podría ser el único modo.

    Por un momento, él no pudo hacer otra cosa excepto cerrar los ojos. ¿Así sería el resto de su vida si se casaba con Billie Bridgerton? ¿Estaba destinado a vivir aterrorizado, preguntándose en qué peligro se metería todos los días?

    ¿Valía la pena?

    —¿George? —murmuró ella. Parecía inquieta. ¿Había visto algo en la expresión de él? ¿Una señal de duda?

    Él tocó su mejilla y la miró a los ojos.

    Allí vio su mundo entero.

    —Te amo —dijo.

    Alguien contuvo el aliento. Podría haber sido su madre.

    —No puedo vivir sin ti —dijo—. En realidad, me niego a vivir sin ti. Así que no, no partirás en una misión desacertada rumbo a la costa para entregar un paquete potencialmente peligroso a personas que no conoces. Porque si algo te sucediera… —Su voz se quebró, pero no le importó—. Si algo te sucediera significaría mi muerte. Y me gustaría pensar que me amas demasiado para permitir que eso suceda.

    Billie lo contempló maravillada; sus labios entreabiertos temblaron mientras luchaba por contener las lágrimas.

    —¿Me amas? —susurró.

    Él estuvo a punto de poner los ojos en blanco.

    —Por supuesto que sí.

    —Nunca me lo habías dicho.

    —Seguramente sí que te lo dije en algún momento.

    —No me lo has dicho. Lo recordaría.

    —Yo también lo recordaría —dijo él con dulzura— si tú me lo hubieses dicho alguna vez.

    —Te amo —se apresuró a decir—. Te amo. Te amo tanto… Yo…

    —¡Alabado sea Dios! —exclamó lady Manston.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohar citeratför 2 år sedan
    Y ahora… Ahora ella amaba su tranquila confianza. Él nunca era presuntuoso, jamás jactancioso. Él simplemente era… George.

    Y lo amaba.

    Lo amaba, y… Dios, acababa de evitar que le propusiera matrimonio.

    ¿Qué había hecho?
  • Ivanna Peñaloza Acevedohar citeratför 2 år sedan
    —Pronto subirán con tu comida.

    Él enarcó una ceja.

    —¿Intentas deshacerte de mí?

    —Intento proteger mi reputación —replicó ella—. Y también la tuya.

    —Debes recordar que te he pedido que te casaras conmigo.

    —No, no es cierto —se burló ella—. Has dicho «por supuesto que me casaré contigo» —dijo con voz de anciana—, lo cual no es lo mismo en absoluto.

    Él la miró pensativo.

    —Podría arrodillarme ante ti.

    —Basta de burlas, George. Es muy cruel por tu parte. —Su voz tembló, y él sintió un nudo en el pecho. Abrió la boca para hablar, pero ella se levantó del borde de la cama y caminó hasta su ventana, cruzándose de brazos mientras miraba hacia la noche.

    »No es algo con lo que deba bromearse —dijo, pero pronunció las palabras de manera rara, como si surgieran desde lo más profundo de su garganta.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohar citeratför 2 år sedan
    —Mucho mejor —declaró Crossy.

    —Cielo santo —murmuró Billie. Si movía la cabeza, podía tocar sus senos con la barbilla.

    —Él no podrá resistirse —dijo Crossy, acercándose a ella y guiñándole un ojo.

    —¿Quién?

    —Siempre hay un quién —respondió Crossy con una risita.

    Billie trató de no pensar en George. Pero no lo consiguió. Le gustara o no, él era ese quién.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohar citeratför 2 år sedan
    Debería casarse con ella. Más bien, pensaba que le gustaría, aunque solo un mes atrás eso le hubiese parecido una locura. En Crake había empezado a convencerle la idea. Billie le había dicho «no tienes obligación de casarte conmigo», y en lo único en lo que había podido pensar había sido…

    «Pero podría.»
  • Ivanna Peñaloza Acevedohar citeratför 2 år sedan
    —¿Qué quiero hacer? —repitió. Pareció… no sorprendido exactamente, pero quizá un tanto anonadado—. Quiero… Quiero… —Pestañeó, y luego fijó sus ojos en los de ella—. Te quiero a ti.

    Billie se quedó sin respiración.

    —Te quiero a ti —repitió, y fue como si toda la habitación temblara. El aturdimiento abandonó su mirada, y sus ojos reflejaron algo intenso.

    Voraz.

    Billie se quedó sin palabras. Solo pudo observar mientras él se acercaba y el aire entre los dos se volvía más ardiente.

    —No quieres hacer esto —dijo ella.

    —Oh, sí. Quiero hacerlo.

    Pero él no quería. Ella sabía que él no quería hacerlo, y sentía que se le rompía el corazón, porque ella sí lo deseaba. Ella quería que él la besara como si fuera la única mujer que él anhelaba besar, como si fuese a morir si no rozaba sus labios con los de ella.

    Quería que él la besara y que lo sintiera.

    —No sabes lo que haces —dijo, retrocediendo un paso.

    —¿Eso crees? —murmuró él.

    —Has estado bebiendo.

    —Solo lo suficiente como para que sea perfecto.

    Billie pestañeó. No tenía ni idea de qué significaba eso.

    —Vamos, Billie —se burló él—. ¿Por qué tantas dudas? No es típico de ti.

    —Tú no eres así —replicó ella.

    —No tienes ni idea. —Se acercó todavía más; sus ojos brillaban de una manera que ella sentía terror de definir. Extendió su mano y tocó su brazo, solo un dedo sobre su piel, pero fue suficiente para hacerla temblar—. ¿Cuándo te has negado a un desafío?

    Ella sintió un nudo en el estómago, su corazón estaba desbocado, pero, aun así, tensó los hombros en una línea recta.

    —Nunca —respondió, mirándolo directamente a los ojos.

    Él sonrió, y su mirada se volvió ardiente.

    —Esa es mi chica —murmuró él.

    —No soy…

    —Lo serás —susurró él, y antes de que ella pudiera pronunciar otra palabra, su boca apresó la de ella en un beso ardiente.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohar citeratför 2 år sedan
    —Supongo que a ambas nos serviría de lección si ese idiota ganara el partido —expresó lady Alexandra.

    Billie la miró, sorprendida. Una cosa era intercambiar insultos con ella; sin duda podía proferirlos tanto como recibirlos. Pero menospreciar a sir Berbrooke, posiblemente el hombre más amable que había conocido jamás…

    Verdaderamente, esa mujer era un monstruo.
  • Ivanna Peñaloza Acevedohar citeratför 2 år sedan
    De pronto fue consciente.

    De su aliento, cálido sobre su piel.

    De sus ojos, tan azules y clavados en los suyos.

    De sus labios, seductores, carnosos, curvados en una leve sonrisa. De él. Simplemente, de él.

    Murmuró su nombre.

    Él ladeó la cabeza, interrogante, y ella se dio cuenta de que no tenía ni idea de por qué lo había llamado, solo sabía que se sentía bien estando junto a él, y, cuando él la miraba de ese modo, como si pensara que ella era extraordinaria, ella se sentía extraordinaria.

    Se sentía bella.

    Sabía que no podía ser cierto, porque él nunca había pensado en ella en ese sentido. Tampoco quería que lo hiciera.

    ¿O sí?

    Dio un grito ahogado.

    —¿Ocurre algo malo? —murmuró él.

    Ella sacudió la cabeza. Todo estaba mal.

    —¿Billie?

    Quería besarlo. Quería besar a George. Había llegado a los veintitrés años de edad sin siquiera querer coquetear con un caballero, ¿y ahora deseaba a George Rokesby?
  • Ivanna Peñaloza Acevedohar citeratför 2 år sedan
    Ella no lo dice de verdad. Solo está feliz porque usted ha hecho pasar su pelota por el arco.

    —Me retracto de todo —murmuró Billie a George—. Olvídate de Andrew. Es a ella a quien debemos aplastar.
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