Cuando era más joven pensaba que tenía que viajar más, ir más lejos, pasar más tiempo en países extranjeros, estar siempre en disposición de partir a la aventura y vivir al máximo, pero con el tiempo entendí que lo que buscaba estaba aquí mismo, en mi interior, en las cosas que tenía a mi alrededor y en los trabajos alimenticios que se convirtieron en mi profesión, en la constancia del día a día, en la mirada de las personas que encuentro cuando aquieto mi propia mirada.