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Maximiliano Salinas

Gabriela Mistral

¿Gabriela revolucionaria? Así la recordó el artista chileno Roberto Matta: “Ella era de un enorme espíritu revolucionario, en el sentido más humano del término. Ella era una profesora del pueblo y había participado en las brigadas culturales de Vasconcelos, en la revolución mexicana, a principios de los años veinte, cuando todavía se vivía toda la euforia revolucionaria”. Gabriela Mistral nos sigue creciendo en la historia mundial, desde su ‘campesinería’ en el valle de Elqui, su desorbitada pasión de mujer, su compromiso amante con la naturaleza entera. En el mundo tembleque del patriarcado blanco contemporáneo Gabriela se vuelve cada día más cercana, más próxima, más lúcida. Encarna la revolución mestiza de la Tierra. Ella supo enseñar y proclamar el arte de saber vivir juntos, desde la condición multiétnica, en medio de la tierra, con toda la redondez de la tierra, de arriba abajo, de lado a lado, de Punta Arenas a Estocolmo, de Montegrande al Mayab, de Asís a Santa Bárbara y Roslyn Harbor, Estados Unidos. Gabriela exhibe su cálida humanidad terrena. Enseña la condición originaria de la humanidad liberada de la rígida y entumida cultura colonial.
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Ursprunglig publicering
2019
Utgivningsår
2019
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Citat

  • Mariana Nomáshar citeratför 4 år sedan
    Su secretaria y amiga mexicana Palma Guillén –Gabriela le dedicó entero su libro Tala– resalta “su manera campesina de reír, su delicioso don para hacer chistes, gracejadas, imitaciones y caricaturas”32. Otra amiga, abogada feminista y política republicana española, Victoria Kent –Gabriela le dedicó el poema Mujer de prisionero de Lagar–, dice que emanaba de Gabriela “una luminosidad creadora y tangible que jamás podrá revivirse”33.
  • Mariana Nomáshar citeratför 4 år sedan
    razas… Es alta, con un porte que inspira respeto… sus cabellos son grises y sus ojos verdes y penetrantes. Es verdad que en su boca hay claramente marcada una señal amarga, pero ésta se disuelve rápidamente cuando Gabriela ríe con su ancha y luminosa risa de campesina chilena
  • Mariana Nomáshar citeratför 4 år sedan
    Su rostro, pese a los ojos verdes, me hizo recordar el de las indias que acunaron mi infancia. La misma nariz aguileña, la misma boca pulposa, la misma sonrisa entre suavemente irónica y decididamente tierna

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