Tras años en el exilio, Cornelius regresa a Ruanda. El reencuentro con sus amigos de la infancia, Jessica y Stanley, y la visita a Murambi, el lugar donde pasó su niñez y donde todavía vive su tío Siméon, le darán las claves de su historia personal, trágicamente ligada a la de su pueblo.
Construida como una investigación en la que se cruzan las historias de víctimas y verdugos, esta novela de extraordinaria lucidez nos explica el último genocidio del siglo XX. Una obra escrita como un deber de memoria para luchar contra el silencio —victoria definitiva de los asesinos— y para contraponer la vida al proyecto de destrucción de los genocidas.