Escamas

—Nunca de manera irreparable, mi buen amigo.

«¿Estamos irremediablemente rotos?».

—¿Acaso no has sido siempre más que tú misma? ¿No lo somos todos? Ninguno de nosotros es una sola cosa.

El primer dragón levantó el vuelo accionando sus enormes alas, que nos aventaron un aire caliente y sulfuroso. Al principio se lanzó hacia el océano, el suelo cada vez más lejos, las corrientes de aire en ascenso para cogerlo. Contuvimos el aliento, impresionados; los porphyrianos se pusieron a aplaudir con vítores

Te conocía entonces, te conozco ahora y te conoceré cuando regreses.
Y eso fue lo último que me dijo antes de partir. No pude soportar verle zarpar. Cuando volví a casa de Naia, el vacío del puerto era una quietud palpable

—Entonces, os veré a los dos en Goredd, cuando estreche las manos por encima de las humeantes cenizas de mis enemigos.
—¿No era eso lo que queríais evitar escabulléndoos por el Omiga? —preguntó Kiggs.
Comonot reflexionó.
—Sí, pero me gustaba cómo sonaban esas palabras. Interesante

«Por este medio, destino mis labios al secreto y mi alma a la Temible Necesidad».

Vi la línea de demarcación entre la vigilia y el sueño. Era azul

Pensar dolía. Los recuerdos se evaporarían como un sueño si me aferraba a ellos con demasiada fuerza

Me habéis llamado en el momento preciso y de algún modo habéis hecho más llevadero lo insoportable. Os estoy muy agradecida