es
Böcker
Raquel G. Estruch

Un vestido a mi medida

  • LVhar citeratför 5 år sedan
    —Podría hacerlo si quisiera. —A pesar de que estaba enfadada con él, no estaba dispuesta a rendirme tan fácilmente.
    —La gente no cambia. Pero si quieres perder el tiempo intentándolo, allá tú. Al final me darás la razón y habrás perdido una parte de tu vida por algo que nunca será como tú quieres.
  • b0552860504har citeratför 8 år sedan
    solo quien es capaz de luchar contra la muerte, llega a conocer la esencia de la vida.
  • alejandalr123har citerati fjol
    convertirnos en ejecutivas de marketing y cambiar el mundo de la publicidad para siempre. Al menos eso era lo que ambas pensábamos en aquel momento de nuestras vidas, en el que creíamos que teníamos al alcance todas las opciones laborales.
    —Estás estupenda, fantástica, guapísima —dije tratando de sonar convincente. Quería salir de casa de una vez por todas. Nos esperaban chicos guapos y baile hasta el amanecer.
    —¿De verdad que estoy bien con estos vaqueros? ¿No me hacen el culo gordo? —Paula no paraba de dar vueltas
  • jossoleam2har citeratförra månaden
    que combinara flores con cua
  • irisperezruiz01har citeratför 4 månader sedan
    Lo último que quería era encontrarme con Mireia, que llevaba encerrada en la sala de reuniones desde las once de la mañana con los responsables de varias cuentas, y que me endosara trabajo extra para el fin de semana.
  • ohdenis2023har citeratför 9 månader sedan
    sas que bullían en mi interior.
  • Iphone .har citeratför 9 månader sedan
    A mi madre. Gracias por enseñarme a volar.
  • alejandalr123har citerati fjol
    Llegábamos media hora tarde.
  • Notp Ntphar citerati fjol
    —¡No voy a consentir que me hables así! ¿Quién te has creído que eres? —dijo mi madre con un tono de voz tal elevado que incluso me dolieron los oídos.

    —Tu hija, aunque no te guste. Aunque jamás me hayas tratado como tal. Aunque siempre te hayas esforzado por mantenerme bien lejos de ti. A pesar de eso, hay algo que no puedes evitar ni siquiera tú. Hubo un día en el que decidiste tenerme y aquello te convirtió en madre. Luego preferiste no ejercer como tal o, tal vez, tu opción fue hacerlo como te dio la gana. Ahora mismo eso ni lo sé ni me importa. Sin embargo, eso no anula el hecho de que formo parte de ti y te deseo lo mejor, no lo peor.
  • luzetti Milena Parra Tarrifahar citerati fjol
    El paso del tiempo se encargó de convertirnos solo en amigos.
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