En las relaciones encontramos la tensión correcta en la simetría del afecto, del respeto: en la reciprocidad, al fin y al cabo. Es algo difícil de medir, cuantificar o calcular, pero en cambio, tanto nuestro cuerpo como nuestro sentir tienen un sensor que nunca falla. Así que ahí donde no te sientas cuidada en el contexto de una relación personal, ahí no es. Ahí donde te sientas agredida, ahí no es. Si falta reciprocidad, ahí no es. Así que, por favor: cuídate de esos lugares. Y haz sitio para los lugares en los que sí la encuentras, especialmente, dentro de ti misma. La asimetría es muy peligrosa en las relaciones, especialmente a medio y a largo plazo. En un primer momento, esa asimetría puede darte cierta calma, recordarte algún viejo patrón de protección o seguridad, pero, a medio o largo plazo, la asimetría se volverá contra ti y vendrá a cobrarse toda la diferencia.
Darte cuenta de esto no tiene por qué significar el fin de una relación, sea de amistad, familiar o de pareja,