También en el sur se matan palomas

¿Cómo se llama?

No tiene nombre,

Se pierde entre todos aquellos archivos

Que cuentan historias de desaparecidas

Un tatuaje la reconoce como Laura

es un nombre desprendido de la vida

y ahora en una identificación que la registra

Me quedé

porque huir no resuelve nada

no remedia mi muerte

ni me devolverá la vida

Tomar un rumbo
y deshacerse de la tierra,

es un dolor

que sólo conocemos nosotros,

los desterrados,

los que no tenemos patria,

morimos lentamente en partes,

ignorados,

sin la presencia de nuestras raíces

lejos,

descobijados de la sombra de nuestros árboles.

Tomar un rumbo

y desheredarse de la tierra

es un dolor que sólo conocemos

los refugiados,

los desplazados,

los desamparados,

los que contamos a escondidas

sufrimientos que no se divulgan,

morimos por dentro,

solos,

en silencio

Los que llevamos el mismo dolor
no tenemos posibilidades.

Sólo adivinamos la ocasión

para compartir el sentimiento

que rebana el corazón en pedazos,

lo repartimos por senderos

donde aún no nos conocen.

En este sur donde guardar silencio

es sinónimo de sobrevivencia

hay setenta mil desaparecidos

y seguimos con los brazos cruzados.

Hicimos que este país

se inundara de lágrimas

para que tuviera un mar

donde nadarán los muertos

Cuelga del puente
se balancea el cuerpo

solitario y frío

envuelto en una manta

que presume un manifiesto.

“Están jodidos los Hernández

pronto iremos por ellos”

hoy los acontecimientos nos hacen

aceptar nuestra condición

esa claridad efímera nos hizo ver

que somos ángeles de muerte

somos sicarias

y eso…

eso no lo decidimos

ni lo escogimos nosotras