Nuestras almas eran libres, pero cometieron una grave falta. Debido a ese error del pasado, ahora tienen que transitar por una serie de vidas hasta que demuestren estar de nuevo preparadas para unirse a la esencia divina. En la comunidad purificamos el cuerpo y la mente para que nuestra siguiente reencarnación suponga ascender en la rueda de reencarnaciones. Cuando se trabaja con disciplina y conocimiento, el camino hacia lo divino es más rápido, e incluso se logran capacidades que trascienden lo que suele considerarse posible en un ser humano.