DEL FONDO OBSCURO DE MI PENA
No sé
si del fondo obscuro de mi pena
nacerá un nardo,
o sólo un fruto amargo.
No sé si esta herida
es una flor abierta
en medio de mi vida,
o el principio de una turbia muerte.
No sé si mi llanto es fecundo
o si lloro por un mundo perdido.
Mas toda mi riqueza
es este corazón doliente y desnudo,
que te ofrezco, Señor,
para que cubras su pobreza.
Y quizás algún día,
del fondo obscuro de mi pena
nazca una azucena.