Consejos para jóvenes investigadores

Evitemos encariñamientos excesivos con las propias ideas, que deben hallar en nosotros, no un abogado, sino un fiscal.

todo hombre puede ser, si se lo propone, escultor de su propio cerebro, y que aun el peor dotado es susceptible, al modo de las tierras pobres, pero bien cultivadas y abonadas, de rendir copiosa mies.

conocer las condiciones bajo las cuales nace un fenómeno, nos capacita para reproducirlo o suspenderlo a nuestro antojo, y nos hace dueños de él, explotándolo en beneficio de la vida humana. Previsión y acción: he aquí los frutos que el hombre obtiene del determinismo fenomenal.

nuestro cerebro parece haber sido construido, no para hallar las últimas razones de las cosas, sino para fijar sus causas próximas y determinar sus relaciones constantes.

Claudio Bernard, el investigador no puede pasar del determinismo de los fenómenos, su misión queda reducida a mostrar el cómo, nunca el porqué de las mutaciones observadas.

la observación, la experimentación y el razonamiento inductivo y deductivo.

El secreto para llegar es muy sencillo; se reduce a dos palabras: trabajo y perseverancia.

(En ciencia el hecho queda, pero la teoría se renueva.)

«Las ideas no duran mucho. Hay que hacer algo con ellas».

al científico, como al artista, no se le juzga por la viveza del producir, sino por la excelencia de la producción.