Retrato del artista adolescente

Madre, indulgente. Me dice que tengo unas ideas muy raras y que he leído demasiado.

No es cierto. He leído poco y comprendido menos

No temo estar solo ni ser menospreciado por otro, ni abandonar lo que tenga que abandonar, sea lo que sea. No temo cometer un error, aunque sea un error de importancia, un error de toda la vida, tan largo tal vez como la misma eternidad.

No serviré a eso en lo que ya no creo, ya sea mi hogar, mi patria o mi religión. Y trataré de expresarme de algún modo en vida y arte, con tanta libertad y plenitud como me sea posible, y usaré para defenderme las únicas armas que me permito usar: silencio, destierro y astucia.

—La sentencia más profunda jamás expresada —dijo Temple con entusiasmo— es con la que termina el libro de Zoología: La reproducción es el principio de la muerte.

Estas formas son: la lírica, forma en la que el artista presenta la imagen en relación inmediata consigo mismo; la épica, en la que presenta la imagen como relación mediata entre él mismo y los demás; y la dramática, en la que presenta la imagen en relación inmediata con los demás.

El deseo nos incita a la posesión, a acercarnos a algo; la repulsión nos incita al abandono, a alejarnos de algo. Por lo tanto, las artes que incitan estos sentimientos, pornográficas o didácticas, no son artes puras. Por consiguiente, la emoción estética (empleo el término general) es estática. La mente queda paralizada por encima de todo deseo o repulsión.

Mis antecesores desecharon su propia lengua y adoptaron otra —dijo Stephen—. Permitieron que un puñado de extranjeros los sometieran. ¿Crees que voy a pagar con mi vida y mi persona las deudas que ellos contrajeron? ¿Por qué?

Per espera ad astra.

mirto, verbena y espliego.

Sus pies ansiaban vagar, ardían por partir hacia los confines del mundo. ¡Adelante! ¡Adelante!, parecía gritar su corazón. El atardecer descendía sobre el mar, la noche caía sobre las llanuras, y la aurora brillaba ante el vagabundo y le mostraba campos extraños, colinas y rostros. ¿Dónde?