El Héroe Perdido

Había llegado casi al bosque cuando se imaginó la voz de Tía Callida: No fue tu culpa, pequeño héroe.

—Sí, señora —se sentía mareado, pero ella era lo más hermoso que había visto jamás. Su pelo estaba ardiendo, su rostro manchado de hollín, tenía un corte en el brazo, su vestido se había roto y había perdido una bota. Hermosa.

Yo creo que el amor es la motivación más poderosa del mundo. Estimula a los mortales a la grandeza. Los actos más nobles y valientes son hechos por amor.

Thalia —Jason dio un paso adelante, su voz temblaba—. Soy Jason, tu hermano.

Después de que acabaron de comer, Jason animó a Piper que durmiera un poco. Sin decir nada más, se estiró y puso la cabeza sobre su regazo.

Tampoco le importaba que Piper le usara de almohada. Respiraba de una forma muy bonita cuando dormía, inhalando por la nariz y exhalando con un suave resoplido por la boca. Se sintió un poco decepcionado cuando despertó

Ella realmente debía de estar enamorada de ese chico, Percy, para buscarle tanto, y hacerle incluso sentir a Jason un poco celoso.

Vamos, señora. Es una diosa. ¡Hágale algo de vudú! ¡Devuélvale!

No has hecho más que maldecir cada hijo de Zeus durante toda la eternidad. Incluso le enviaste unas vacas con problemas intestinales a mi amiga Annabeth...

El helicóptero se hundió en una ráfaga de viento cortante, y el corazón de Leo casi se vuelca. Maldijo y estabilizó el helicóptero. Piper rió, nerviosa.
—¿Confiar en ti, eh?
—Ah, cállate ya.