Todo lo que es realmente valioso no podemos obtenerlo sin Dios. La paz. La tranquilidad. El equilibrio emocional para establecer todas nuestras conquistas y multiplicar lo que tenemos sin perder la concentración en lo que realmente importa. La familia, la vida, la salud, los recursos primarios que nos dan condiciones de trabajar y vivir. Esa es la base. Nuestra fuerza interior y nuestra estructura espiritual nos mantienen centrados para aguantar los ajetreos y los giros inesperados que nos presenta la vida.