El cuerpo y sus dilemas me han convocado una y otra vez. Pienso en el cuerpo como una zona discursiva, un experimento. Me ha interesado el cuerpo, ya lo dije, como imposibilidad, como ficción, como ajenidad ante un modelo ficcional que se impone como verdad. Un cuerpo por pedazos, fragmentos que se escapan y huyen, siempre imperfectos. He pensado largamente en el cuerpo como una doble ficción. Por una parte, los poderes escriben un relato corporal y el mismo cuerpo desliza esa ficción a su trama corpórea, también ficcional. Desde luego mi mirada está puesta en el cuerpo de las mujeres como las protagonistas de esa gran zona discursiva y como campo experimental para cada uno de los sistemas