Las obras que acoge este volumen -La invitación (1971), La casa en la playa (1966) y La cabaña (1969)— son claros ejemplos del universo de su autor. Beatrice, Elena y Claudia son tres retratos de un mismo modelo, que cobra vida en la disolución de los límites entre el sueño y la vigilia, en la evocación del pasado como posibilidad de recuperar la identidad y en la pérdida de sí a través del erotismo.