cuestión del lugar es también la de la revancha, la de la reparación o la reconciliación. Con los demás, con nosotros mismos, con una historia llena de espacios en blanco, cuyas lagunas son una fuente de dolor. No siempre logramos rellenar esos huecos, pero escribimos en los márgenes. El margen garabateado junto al texto principal es un espacio para la reapropiación personal del sentido, para la reflexión y el distanciamiento de la autoridad. Escribir al margen es hacerse oír: la propia voz se afirma primero en los márgenes, aunque algún día llegue a constituir el cuerpo principal del texto.