Becky Albertalli

Tiene que gustarte la persona correcta en el momento correcto. Y a esa persona también le tienes que gustar tú. Una alineación perfecta de sentimientos y circunstancias. Es un misterio inexplicable que suceda tan a menudo.

Siempre cree que me conoce mejor que yo misma

Se me hace un nudo en la garganta—. Pues siento mucho no gustarle a ninguno

Sonríe.

—No voy a decírtelo.

Pero me lo cuenta. Porque, claro, cuando has compartido útero, no existen los secretos.

Entonces supongo que habrá padres a quienes les guste enrollar a sus hijos como si fueran porros.

Tiene que gustarte la persona correcta en el momento correcto. Y a esa persona también le tienes que gustar tú. Una alineación perfecta de sentimientos y circunstancias.

Es como si siempre supiera más cosas de la gente que la gente de mí.

—¿Estas lista para una experiencia irrepetible?

—Bueno, creo que ya he estado aquí antes.

—Pero no conmigo —dice con firmeza.

—No, contigo no. —De pronto, me da vergüenza.

Pero tiene razón: estoy de mal humor, como tristona, no parezco yo.

En cualquier caso, es obvio que ahora mismo no soy apta como compañía humana.