Rubén Martín Giráldez

  • Rebecahar citeratför 6 månader sedan
    esa elegancia hipócrita que hacía pasar la impotencia por una elección que algunos, noblemente, llamaban dignidad.
  • Sócrates Ramírezhar citeratför 7 månader sedan
    Dedicábamos nuestros días al amor y al mar, a los paseos y a las lecturas, a la cocina y a la fotografía.
  • Dianela Villicaña Denahar citerati fjol
    No deberías discutir conmigo; es malo para la recuperación. En cualquier caso, Chip podría haber hecho carrera en la televisión pero decidió volver a la Medicina. Y se nota que viene de buena familia. Fred, estoy convencida de que el hecho de que se haya mudado aquí justo cuando Jane y Liz se encuentran en casa supone un resquicio de esperanza para nuestros problemas
  • Dianela Villicaña Denahar citerati fjol
    Las dos hijas mayores de las cinco hermanas Bennet llevaban una década y media viviendo en Nueva York; a causa del susto motivado por la salud de su padre habían vuelto repentina, si bien temporalmente
  • Dianela Villicaña Denahar citerati fjol
    Cariño, si una marioneta hecha con un calcetín, que tuviera herencia y un diploma de Medicina de Harvard, se mudase aquí, tú estarías convencida de que su destino era casarse con una de nuestras chicas
  • Dianela Villicaña Denahar citerati fjol
    Pero si no os he dicho quién va a estar en la barbacoa. —Desde su extremo de la larga mesa de roble de la cocina, la señora Bennet estaba eufórica—: ¡Chip Bingley!
    —¿El llorica de Tal para cual? —dijo Lydia, y Kitty soltó una risita mientras aquella añadía—: Yo no he visto nunca a ninguna mujer llorar lo que lloró él en la temporada final.
    —¿Qué es un llorica de tal para cual? —preguntó Jane.
    —Ay, Jane —le dijo Liz—. Qué inocente y pura eres. Has oído hablar del programa Tal para cual, ¿verdad?
  • Dianela Villicaña Denahar citerati fjol
    Lydia, de veintitrés años, la pequeña de las Bennet.
  • Dianela Villicaña Denahar citerati fjol
    Mary, que tenía treinta
  • Dianela Villicaña Denahar citerati fjol
    Kitty. Ella tenía veintiséis
  • Dianela Villicaña Denahar citerati fjol
    Era el tío que codiciaban veinticinco mujeres.
    —Creo que no os imagináis el terror que ha de experimentar un hombre al verse así de superado en número —comentó el señor Bennet—. Yo muchas veces me echo a llorar, y eso que aquí solo sois seis
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