ha vuelto una moda, no hay dificultad en declarar que un músico o un pintor es existencialista
Miguel Ángel Hernández Villalbahar citerati fjol
no deja de ahondar y profundizar en los problemas que acechan al hombre y a su modo de vivir y relacionarse
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en un mundo que ha perdido del todo la inocencia
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porque este siglo marca, como ningún otro, el desvanecimiento decisivo entre literatura y filosofía —al menos alguna filosofía— en la
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L’Étranger o Caligula son la representación gráfica del absurdo como los héroes de La peste lo son de lo prometeico
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prometeico y el espíritu de rebelión
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los tratados por los existencialistas: la finitud, la contingencia, la autenticidad, la libertad necesaria, la enajenación, lo absurdo, la elección, el compromiso, la soledad
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existencial, el estar en el mundo, el estar abocado a la muerte o el hacerse a sí mismo
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Albert Camus un estudio del ser a la manera de Sartre o Heidegger, «por voluntad propia» y por «no saber apreciar la razón» según reconocería
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Sócrates, hasta la copa en la que sitúa a Bergson, Blondel, Sartre, Heidegger, Chestov, Berdiaev, etc., pasando por Kierkegaard, Pascal, Nietzsche