Alexandre Dupouy

“El erotismo radica en la posibilidad de un movimiento. Pertenece al reino del sueño”.

— Jean-François Somain

se de la situación, usa estas mujeres para inmortalizar en las planchas fotográficas sus más obscenas fantasías.

Sin título

Hacia 1930

Ediciones Ostra (?)

Tarjeta postal con reverso en blanco

“El erotismo radica en la posibilidad de un movimiento. Pertenece al reino del sueño”.

— Jean-François Somain

Die Erotik in der Photographie (tres volúmenes publicados por media docena de eminentes doctores de Viena en 1931),

Bernhardt

Hacia 1868

Anónimo

Única imagen conocida de Sarah Bernhardt

con el torso desnudo

14.5 x 10.5 cm

Para elaborar un daguerrotipo se necesita una plancha de cobre, a la que se le aplica un baño de plata y se pule meticulosamente con polvo de piedra pómez. Después, se cubre con una delgada capa de yoduro de plata, en una caja yodizante. El proceso debe llevarse a cabo a la luz de las velas o con una puerta ligeramente abierta, para así evitar cualquier exposición prematura a la luz. A continuación, se coloca en un cuarto oscuro, para ser expuesta durante una cantidad indeterminada de tiempo, decidida sólo por el instinto del artista, con un resultado que depende de la temperatura, la humedad, el clima y el tiempo de exposición.

Los primeros desnudos debieron aparecer en fecha tan temprana como 1840. Según Sylvie Aubenas en su prólogo a Obscenidades, un tal Noël-Marie Paimal Lebours, optómetra de oficio, afirmaba haber fotografiado un desnudo en 1841, al tiempo que se aseguraba muy bien de aparecer como el precursor.

Sólo hasta 1853, sin embargo, se llevó a cabo un verdadero progreso, cuando el inglés Frederick Scott Archer inventó el negativo sobre vidrio, que permitía la reproducción sobre papel en cantidades ilimitadas.

El papel que se usaba cambió gracias a distintos descubrimientos. Primero estaba el papel salado, que era un papel empapado en una solución de cloruro de sodio, una solución al cinco por ciento de sal de cocina a la que se le agregaba almidón o gelatina.

Louis-Désiré Blanquart-Evrard presentó el papel albuminado a la Academia de Ciencias en 1850, y fue un gran éxito hasta finales del siglo XIX. El procedimiento parecía sencillo. El papel simplemente se cubría con una capa de clara de huevo, de donde tomó el nombre. La imagen obtenida mostraba un contraste, una definición y un brillo de una calidad superior a la que se había obtenido hasta ese momento