Esther Cruz Santaella

  • Marcia Ramoshar citeratför 2 år sedan
    Un clásico del género de las casas encantadas es Relato de los extraños sucesos de la calle Aungier, escrito por Sheridan Le Fanu en 1851
  • Marcia Ramoshar citeratför 2 år sedan
    La abadía ya olía un poquito a chamusquina: uno de los monjes se había ahorcado en el claustro, un pecado imperdonable, desde luego. Contaban que sus hermanos lo llegaron a despreciar tanto que al final ni lo miraban a la cara, y al diablo con la tolerancia cristiana. Supongo que simplemente la aversión llegó demasiado lejos. Un inciso: ¿no tiene usted un calor insoportable? Voy a por agua.
  • Marcia Ramoshar citeratför 2 år sedan
    Movió la mano en el volante, el motor inactivo rugió y, a toda velocidad y sin mirar atrás, se marchó.

    —Como te dije antes —continuó Salma, acariciando suavemente la tersa mejilla de su crío—, ahora está muerta. Se cortó las venas en una bañera llena de agua caliente, aunque no a lo largo, como hay que hacerlo, así que no funcionó. Al final, tuvo que abrirse la cabeza contra el lavabo. Pasó mucho tiempo hasta que la encontraron.

    El niño abrió sus ojos azules como el crepúsculo. Miró a su madre. Ella le devolvió la mirada.
  • Marcia Ramoshar citeratför 2 år sedan
    embargo, a él se le parecía al niño que había visto sacar de la mazmorra una noche durante el invierno. Un manojo pálido de huesos. No tendría más de once o doce años. Reclutado junto a su padre, que había muerto durante el sitio
  • Elizabeth Alvarez Joséhar citeratför 2 år sedan
    De todos modos, el mar y la noche hacen que las cosas resulten misteriosas, ¿no?
  • Elizabeth Alvarez Joséhar citeratför 2 år sedan
    Los materialistas no están mejor informados que los médiums.
  • Elizabeth Alvarez Joséhar citeratför 2 år sedan
    Si las apariciones existen, quizá sean eso: el tiempo en el lugar equivocado.
  • Tess Pedrohar citerati fjol
    festival de bluegrass de Bainbridge, Nueva York.
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