Gerardo Noriega Rivero

Översatta böcker

Citat

Adal Cortezhar citeratför 7 månader sedan
La democracia no fue una creación del ingenio ateniense, de su poderío militar o simplemente de su buena fortuna. Sus inicios en esa ciudad más bien ilustran la verdad inconveniente de que, excepto por muy contados casos, la democracia nunca se ha construido democráticamente. Los registros históricos demuestran que su invención no ocurrió de la noche a la mañana, y que tiene causas y causantes. Muy rara vez surge de las lúcidas intenciones y limpias manos de un pueblo que adopta recursos democráticos; los accidentes, la buena fortuna y las consecuencias imprevistas siempre juegan un papel. A la vez, su desarrollo normalmente está envuelto en farsas, asuntos turbios y violencia. Así ocurrió hace 2 600 años en la ciudad de Atenas, donde la democracia nació como parte de una cadena de acontecimientos extraordinarios desatados por un asesinato frustrado.
Adal Cortezhar citeratför 7 månader sedan
En la tragedia de Esquilo, Las suplicantes, encontramos un pasaje importante sobre el tema de la democracia; estrenada alrededor del año 463 a.C., esta tragedia, muy gustada por el público ateniense, habla sobre una reunión pública en la que “el aire se erizaba de manos, manos diestras bien levantadas, toda una votación; la democracia hacía que una decisión se transmutara en ley”.
Adal Cortezhar citeratför 7 månader sedan
Tales testimonios, tomados selectivamente del pasado, convencieron a Bodin de que la democracia era digna de ser olvidada, de que la sola idea de asambleas de autogobierno no merecían sino indiferencia. “¿Cómo halla posible una multitud, es decir, una bestia de muchas cabezas, sin juicio o raciocinio, dar algún buen consejo?”, pregunta. La respuesta es sencilla: “Pedirle consejo a una multitud (como se solía hacer antiguamente en las repúblicas populares), equivale a buscar la sabiduría en un loco”.
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